Como hablábamos en el blog anterior, las personas reactivas reaccionan de manera desmedida o problemática y no tienen un buen control de ellos mismos. Esto sin duda también desmejora nuestras relaciones, sean personales o profesionales una parte esencial para el desarrollo social que cuando se da negativamente afecta toda la salud mental.
Pero por otro lado las personas proactivas ven los problemas como desafíos a superar. Toman la iniciativa para resolver y proponen soluciones sin que se lo pidan. Para estas personas la mirada esta siempre puesta en el futuro mientras que para las reactivas la mirada esta puesta en el pasado. Las reactivas no proponen, no actúan maduramente a la hora de controlar sus respuestas ante situaciones según ellos amenazantes. A pesar de contar con la inteligencia necesaria para descubrir nuevas soluciones a un problema, carecen de la iniciativa para sugerir soluciones.
Los proactivos no se influencian por el clima o los comentarios de los demás. Se responsabilizan de sus actos, no es que le guste lo difícil, sino que saben diferenciar entre lo que pueden controlar y lo que no.