Proactivo vs reactivo Parte 1
¿Cómo reaccionas a las situaciones? ¿Bien o mal? ¿Cómo evalúas tus técnicas de afrontar insultos, rompimientos amorosos, situaciones de salud, situaciones económicas? ¿Cómo evalúas el tiempo de respuesta? ¿Cómo responden tus emociones a las preguntas de otros?
Por una parte, podemos ver a personas que responden con una actitud como si todo les molestara; interpretan palabras como amenazas y no se pueden autorregular. Normalmente estas personas son las que cuando las tenemos cerca son como un vampiro de la tranquilidad y todo parece que su presencia nos drena. A estas personas podemos llamarles los reactivos emocionales.
Si, hay diagnósticos que están vinculados a la reactividad como lo es la depresión. La depresión es un diagnóstico común en las personas que viven con una lesión de la médula espinal debido a todos los cambios y frustraciones que pueden generar esta afección médica. Como para todo principio de mejoría, lo importante será reconocer y evaluar tu reactivad pues puede ser que tengas una personalidad reactiva que no esté relacionada con ningún diagnóstico psicológico y esa actitud también puedes mejorarla.
Te voy a enlistar algunas características de la reactividad emocional:
- Responder impulsivamente
- No calibrar emociones
- No racionalizar la situación
- Falta de control al hablar
- Estar a la defensiva
- Sentirse herido por la mínima discusión
- Responder intensamente de manera desproporcionada
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Más allá de ese comportamiento impulsivo, detrás de esas reacciones a menudo llenas de ira, orgullo y frustración, se esconde una persona frágil, fácilmente una alguien que haya sufrido algo tan fuerte como una lesión de la médula espinal. Ahora, esto no debe ser excusa para mejorar la forma en que respondes a tu día a día. Esta actitud no es un mecanismo de defensa porque no tienes que defenderte de nada o nadie, solo tienes que defenderte de ti y de “eso” que no te deja ser tu aliado.
Recuerda que la reactividad emocional afecta grandemente nuestras relaciones y si es necesario acudir a terapia lo debemos hacer sin miedo. Una de las técnicas terapéuticas que más me gusta para abordar esta problemática lo es el enfoque de la terapia de comunicación emocional. Es fácil comenzar a entenderla, así como su título lo menciona es aprender a comunicarnos. ¿Cómo digo todo esto que tengo en el pecho? ¿Cómo traduzco en acciones controladas toda mi frustración? ¿Como puedo no arrepentirme tanto de lo que hago y de lo que digo? Aprendiendo a comunicarnos. Una de las cosas que más me gusta de la terapia es que nos da vocabulario, nos enseña a definir emociones. Por ejemplo: ¿tengo miedo? ¿qué significa miedo? ¿Cómo lo defino? ¿Cómo lo explico?
Empecemos a definir todo esto, si eres reactivo emocionalmente; ¿A qué se debe? ¿Eras ya así antes de la lesión medular? ¿Estas deprimido y no sabes gestionarte? Recuerda siempre si las herramientas básicas de autoconocimiento no son suficientes para mejorar tu salud mental, busca ayuda, de lo único que te vas a arrepentir es de no haberla buscado antes.