Ponce, la Perla del Sur, es una ciudad vibrante, llena de historia, cultura y belleza arquitectónica. Desde su emblemática Plaza Las Delicias hasta sus museos, teatros y paseos, es un lugar que merece ser recorrido por todas las personas. Y aunque aún hay barreras arquitectónicas que dificultan el día a día de las personas que utilizan silla de ruedas, también hay avances importantes que vale la pena reconocer y apoyar.

Uno de los espacios más accesibles es el Museo de Arte de Ponce, un ícono cultural que, además de tener una de las colecciones más valiosas del Caribe, cuenta con rampas, ascensores y baños accesibles. Visitar este museo es una experiencia cómoda y enriquecedora para personas con movilidad reducida.
Otro lugar emblemático es el Parque de Bombas, ubicado en el corazón de la ciudad. Si bien el acceso al segundo nivel está limitado, su planta baja, plaza exterior y alrededores están diseñados con rampas y espacios abiertos que permiten una experiencia inclusiva. Justo al lado, la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe también cuenta con acceso para personas en silla de ruedas.
Además, el Museo Castillo Serrallés ha hecho esfuerzos significativos para adaptarse. Aunque es una construcción vieja, han trabajado para ofrecer transporte desde el estacionamiento y acceso a las áreas principales mediante rampas y guías.
El recién renovado Paseo Tablado La Guancha, a pesar de que aún está en desarrollo, ha incluido en sus planes la creación de espacios accesibles y zonas de disfrute para todas las personas. Este tipo de compromiso con la inclusión es esencial para que más personas puedan gozar de la oferta turística y cultural de la ciudad.
Un ejemplo destacado es el Paseo Atocha, una vía peatonal en el corazón del centro histórico de Ponce. Este paseo es completamente accesible para personas en silla de ruedas, con superficies niveladas y amplias que facilitan el tránsito. Además, alberga una variedad de restaurantes, bares y tiendas que han adaptado sus instalaciones para garantizar la comodidad y seguridad de todos los visitantes.
Por otro lado, la ciudad ha implementado el proyecto Pa’l Agua en el Complejo Recreativo y Cultural La Guancha, que brinda acceso al mar para personas con diversidad funcional mediante la instalación de rampas y sillas anfibias.
Aun así, es importante señalar que Ponce, como muchas otras ciudades, sigue enfrentando retos: aceras rotas, rampas mal diseñadas o entradas inaccesibles en muchos negocios y espacios públicos. Estos detalles pueden parecer pequeños, pero hacen una gran diferencia en la vida de las personas con diversidad funcional.
La buena noticia es que ya hay ejemplos de accesibilidad funcionando. Y es desde estos logros que se puede seguir construyendo una ciudad verdaderamente inclusiva. Cuando se adapta un museo, se modifica una acera o se piensa una entrada accesible, no solo se cumple con una ley: se abre la puerta a que más personas vivan la ciudad con libertad y dignidad.
Ponce tiene lo necesario para ser un destino amigable para las personas en silla de ruedas. La invitación está hecha: que más espacios sigan el ejemplo, que las autoridades escuchen las necesidades reales y que sigamos celebrando los pasos dados sin dejar de empujar por un futuro más justo.
Porque cuando una ciudad es accesible para quienes más lo necesitan, es completa para todos.
Mas información de la playa accesible en: https://www.facebook.com/pr.palagua/?locale=pt_BR