No me atreví a nominarme a cuidadora del año
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Become an AdvocatePasó el tiempo y la asociación publicó los tres primeros lugares del concurso. Vi cada uno de ellos y mi corazón se llenó de compresión y acompañamiento pues cada palabra que decían resonaba con familiaridad; el ser cuidador de un ser querido no es fácil. Admiré el valor y fuerza de cada uno de ellos, y me pregunté en todas las otras historias que no pudimos ver y escuchar. Yo tengo la gran oportunidad de escribir mi historia en blogs que la Fundación de Christopher y Dana Reeve me da, y estoy muy agradecida por ello.
Mi esposo, mi familia, mis amigos me ven con otros ojos. Ellos me ven con admiración por mi trabajo como cuidadora familiar. Nunca les conté del concurso, sé que ellos me hubieran motivado a participar, pero como mencione anteriormente, no era mi tiempo. Todavía no se si habrá otro concurso este año, ¿me nominare? Honestamente no lo sé.
Al final de todo, este concurso con premiación y reconocimiento a cuidadores familiares me llena de esperanza para que todas las personas que hacen este servicio de amor puedan ser escuchadas y seguir concientizando aún más el cuidado familiar.
De mi parte queda solo saber que, aunque dude de mí, sé que tengo un apoyo de mi esposo, familia y amigos, y si no participo en concursos como esos no me desacredita como buena cuidadora y mis años de servicio. Lo que si tengo que trabajar mucho es en vencer el síndrome del impostor y en un futuro no muy lejano si se abre otra convocatoria pueda participar con confianza en mí.