Me di cuenta de que la psicóloga de mi esposo no le estaba ayudando

No es nada fácil tratar de armar un rompecabezas de emociones con un profesional después de una tragedia como la que pasamos mi esposo y yo. El cambio de vida, el duelo y todo lo que esto conlleva. Yo recibía tratamiento psicológico antes del accidente de mi esposo; estoy diagnosticada con ansiedad generalizada. Recibir la guía de un terapeuta psicológico ha sido muy importante para mí. Por ello, con mi experiencia y sabiendo lo importante de tratar la salud mental, para mí era primordial que mi esposo recibiera tratamiento psicológico.

psychologist and patient

En el 2009 comenzamos a tomar terapia psicológica, con pausas, pero sin dejarla. Hemos tenido diferentes psicólogos en el camino. Tenemos terapia individual y en la actualidad tenemos a una psicóloga que nos ve como pareja.

Me di cuenta de que mi esposo no tenía una buena psicóloga; desde hace un tiempo mi esposo estuvo trabajando su salud mental con ella, pero yo no notaba cambios. Mi esposo y yo tenemos buena comunicación y hablamos de todo, en especial de cómo estamos emocionalmente. Yo en varias ocasiones le mencionaba que, si se sentía cómodo con su psicóloga, si ella le estaba ayudando, la respuesta siempre fue: “creo que sí”. Esa respuesta y lo que yo me daba cuenta de que no había cambio en su salud mental, me incomodaba; fui más directa con él para expresar mi preocupación. Le sugerí cambiar de psicóloga, que en mi opinión no era correcto que por seis años lo estuviera tratando y que todo siguiera igual.

   Join Our Movement

What started as an idea has become a national movement. With your support, we can influence policy and inspire lasting change.

Become an Advocate

Un buen psicólogo o psicóloga debe saber trabajar con su paciente para ayudar en sus problemas de manera efectiva. Saber comunicarse con su paciente y cómo sacar esos sentimientos negativos para poder trabajarlos. Sin embargo, esta psicóloga era repetitiva y breve en las sesiones con mi esposo. Lo más impresionante para mí fue que la última sesión que mi esposo tuvo con ella, le dijo que consideraba que no necesitaba más sesiones. Cuando mi esposo me comentó, yo me enojé bastante. No era posible que una profesional, que trata a un paciente que tiene depresión y ansiedad continua, que además ella misma no ha sabido tratar y guiar correctamente, le haya dicho que ya no necesitaba más de su servicio. Mi esposo antes y después de la última sesión estaba teniendo depresión y ansiedad, entonces ¿cómo es que ya no necesitaba terapia? Esto no fue nada profesional; dejar a un paciente así, puede ser muy peligroso, la depresión lleva a lugares oscuros. Mi esposo no recibió terapia adecuada, la psicóloga falló. Un buen profesional de la salud mental jamás hubiera dado de alta a un paciente que sufre de depresión continua.

Afortunadamente tenemos una psicóloga que nos ve como pareja actualmente, ella ha sido una profesional que sí ha sabido trabajar con nosotros, inclusive le dio una terapia individual a mi esposo sin costo alguno, la manera que trabaja y la manera que nos ha estado ayudando ha hecho una gran diferencia.

La experiencia con la psicóloga que le falló a mi esposo, solo me hizo reafirmar la importancia de la salud mental, tener el profesional adecuado, saber elegir y quedarse con el que te ayude, y sin dudar decir adiós a el que no lo esté haciendo. Por último, acudir a la comunidad y grupos de ayuda donde comparten sus experiencias con buenos psicólogos, evitará que tú y yo tengamos malas experiencias, la salud mental debe ser tratada por un buen profesional.

About the Author - Tanya Galaviz

Tanya Galaviz es la esposa de Hobal, quien vive con una lesión de la médula espinal a nivel de T6 y es su cuidadora principal. Ella reside en California y es la fundadora de un grupo de apoyo para cuidadores latino.

Tanya Galaviz

The opinions expressed in these blogs are the author's own and do not necessarily reflect the views of the Christopher & Dana Reeve Foundation.

The National Paralysis Resource Center website is supported by the Administration for Community Living (ACL), U.S. Department of Health and Human Services (HHS) as part of a financial assistance award totaling $10,000,000 with 100 percent funding by ACL/HHS. The contents are those of the author(s) and do not necessarily represent the official views of, nor an endorsement by, ACL/HHS, or the U.S. Government.