Hace tres años entraban en vigencia regulaciones de cuarentena y aislamiento social. En todo el mundo, las personas se quedaban en sus casas, usaban mascarillas y hacían todo lo posible para reducir el contacto con otras personas. Los investigadores y los expertos en enfermedades infecciosas se enfrentaron a la tarea de encontrar vacunas y tratamientos efectivos para proteger contra el COVID-19 y para tratarlo. Comenzaron ensayos clínicos y los investigadores empezaron a considerar medicamentos existentes y novedosos para tratar el virus SARS-CoV-2.
Ivermectina pertenece a una clase de medicamentos denominados antihelmínticos. Mata los gusanos que se encuentran en el cuerpo. Se receta para tratar o inhibir parásitos en animales. Sin embargo, los doctores recetan tabletas de ivermectina a los seres humanos en dosis reguladas.
Los medicamentos que se usan para tratar animales (en especial los grandes, como caballos o vacas) suelen tener dosis con concentración más alta que los que se recetan para seres humanos. Esas dosis, si las toma una persona, pueden ser tóxicas. Además, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de EE. UU. revisa los medicamentos para verificar su seguridad y efectividad; estudia cuán seguros y efectivos son los ingredientes activos e inactivos en ensayos clínicos. Lamentablemente, cuando la FDA evalúa los ingredientes activos en los medicamentos para el uso en animales, esos medicamentos no se revisan para el uso en seres humanos. Los niveles de ingredientes inactivos son más altos que los que se usan en indicaciones para seres humanos, por lo que la FDA y los investigadores no saben cómo los ingredientes inactivos afectarán a las personas.
Los doctores les recetan ivermectina a personas con diagnóstico de oxiuros (un tipo de infección causada por ascárides que ingresan al cuerpo a través de la piel y se desplazan a través de las vías aéreas y se establecen en los intestinos) y ceguera de los ríos u oncocercosis (que puede causar erupción, pérdida de la visión o ceguera y bultos debajo de la piel).
Surgieron informes de personas que se automedicaban con ivermectina para tratar o prevenir el COVID-19. Muchas de esas personas fueron hospitalizadas o requirieron atención médica después de ese uso. Como resultado, la FDA investigó los informes de uso de ivermectina y emitió una declaración advirtiendo a las personas que no usaran el medicamento.
Las personas que se automedican con ivermectina pueden sufrir una sobredosis. Algunos de los síntomas son los siguientes:
Algunas personas pueden pensar que están seguras si toman ivermectina para tratar parásitos tropicales. Pero existe un riesgo con todos los medicamentos, principalmente si no se usa de acuerdo con lo aprobado. Incluso la ivermectina, que está aprobada por la FDA para uso humano en dosis reguladas, conlleva sus riesgos. Ivermectina puede interactuar de manera adversa con otros medicamentos, como los anticoagulantes.