Feliz o triste, lo importante es estar autorregulado
Si te topas con este blog, no olvides ir a los anteriores pues este es el último blod de una serie de 3 sobre el tema: La autorregulación. Hoy continuo con algunas estrategias para poder autorregularnos, adaptándonos así a cualquier contexto sea positivo o negativo. La autorregulación se define fácilmente. Regular las emociones sin dejar de sentir las mismas. ¿Ahora, cómo lo hacemos? Aquí las ultimas herramientas presentadas de este tópico. Lee hasta el final porque además podrás definir que es la co-regulación y usarla para contigo y para con otros.
Modelaje: Puede ser de gran ayuda observar y estudiar el comportamiento de otra persona que ha logrado autorregularse. Si no tienes a alguien en tu entorno inmediato no te preocupes para eso están los grupos en las redes sociales o videos de YouTube. Busca la palabra autorregulación y encontraras ejemplos de personas que están lidiando con controlar la misma emoción. Tomemos el ejemplo de la ira, te puedo asegurar que hay un sin número de personas a tu alrededor regulados en esta emoción, pero quizás no te lo dirán por privacidad o vergüenza, pero si buscas en línea muchos están dispuestos a exponer sus emociones anónimamente con tal ayudar a otros, recuerda que no es no sentir ira, es controlarla.
Entrenamiento en respiración y relajación: Con estas dos técnicas se promueve tanto la reflexión como la conciencia acerca del pensamiento propio. Por ello, su práctica puede resultar beneficiosas para un mayor desarrollo de la autorregulación, así como reservar un tiempo para uno mismo. Así que…3,2,1. Inhala y sostiene la respiración por 5 segundos y suelta. Aun cuando estés en ocasiones feliz y regulado, practica respirar conscientemente.
Cambio de creencias: Esta técnica es de las más difíciles y de las que toman más tiempo en ver nuestro cambio. Tenemos que identificar aquellas creencias o pensamientos que resultan limitantes en aquello que nos proponemos y si queremos avanzar en esta técnica te recomiendo que lleves un registro escrito de las mismas. Una vez en papel se escribe al lado una idea más positiva, adaptativa y constructiva que pueda sustituirla. Sustituye para producir una nueva creencia que a su vez será un nuevo hábito ¡No lo dejes en papel!
Visualización: La técnica de visualización que emplea la imaginación promueve la automotivación. Para esto, la persona visualiza en su mente los objetivos que pretende conseguir y las consecuencias positivas derivadas de ello. Así, se produce un aumento del optimismo y una mejora del estado de ánimo. Si no ves nada positivo, no te preocupes, es un proceso. Por el momento recuerda cosas de la semana pasada que te gustaron.
Cambio de actividad: Otro ejercicio de autorregulación consiste en prestar atención a las emociones y sentimientos que se derivan de las tareas que realizas, así como cultivar la flexibilidad; por lo que descubrimos que una actividad resulta perjudicial, seamos capaces de probar nuevas opciones o variaciones que nos resulten más beneficiosas. Aquí la clave es la flexibilidad, qué tan flexible eres a cambiar tus actividades.
Corregulación: Una vez que tengamos estas herramientas instaladas, o sea la autorregulación como filosofía de vida podemos ser instrumentos para co-regular a otras personas. Podrás ser tan confiable que por medio de tu ayuda transitoria las personas podrán calmar y dirigir sus emociones. La corregulación implica varios tipos de respuestas, que incluyen, entre otras: una presencia y un tono de voz cálidos y calmantes, reconocimiento verbal de la angustia, explicación de ejemplos, todas estrategias que aumenten la tolerancia y el control de las emociones.
Recuerda tener una lesión de la médula espinal es un trabajo titánico diario, si sientes que no puedes autorregularte solo, busca ayuda a un profesional para que monitoree tu progreso y puedas tener cambios a largo plazo.