Los días lluviosos y la lesión medular no son una buena combinación
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Become an AdvocateEn nuestro caso, nosotros corremos con mucha suerte. Tenemos un vehículo y mi esposo me tiene a mí para asistir. Pero ¿qué pasa con las otras personas que no tienen a un familiar o cuidador? Imaginemos que mi esposo no tuviera asistencia y le tocara lluvia mientras anda en la calle, sin paraguas o refugio. Si tuviese que tomar un autobús tendría que decidir si lo espera o lo deja ir para mejor refugiarse de la lluvia. También, no puede moverse en su silla de ruedas tan fácil ya que se resbala la mano al empujar por lo mojado, no hay visibilidad si la lluvia es intensa, y lo más importante; no es nada seguro por otros vehículos que estén transitando ya que hay más accidentes por la falta de visibilidad y la falta de costumbre de manejar en lluvia.
Podría seguir imaginando más escenarios, sin embargo, mi esposo viviendo en la ciudad donde hay transporte accesible, muchas paradas de autobús que tienen fachadas para cubrir del sol y lluvia sigue siendo un hombre con suerte. Hay muchas personas en el mundo que pasan por esto porque no tienen opciones, no tienen asistencia de familiares, o cuidadores, no hay refugio en las paradas de autobús, y simplemente la pasan mal si les toca estar en la calle si hay lluvia. Para las personas que no tenemos una lesión medular la lluvia pueden ser inconveniente, pero tenemos que pensar que aunque así lo sean, nunca se van a comparar con lo que otras personas pasan. Por eso, si vas por la calle y ves a alguien en silla de ruedas y hay lluvia, de una forma segura donde no te arriesgues, trata de socorrer a esa persona, muchas veces quizá su última opción es rodar hasta casa.