Cada mes tiene cita en la clínica de dolor para que le receten su medicina ya que es medicamento controlado. Ese día mi esposo estaba cansado y desesperanzado. Cuando la doctora le hizo las preguntas de rutina; él desesperado le dijo: “Estoy cansado de este dolor y que no me están ayudando a mejorar mi calidad de vida”. Resultó que por esta presión que puso mi esposo, curiosamente ella habló de más opciones; me puse a investigar cada opción que nos dio. Yo siempre lo hago. Me gusta investigar porque me gusta estar informada y entender de lo que me están hablando. Además, mi esposo muchas veces con dolor que no pone atención y olvida.
Nos dieron dos opciones; estas fueron inyecciones que no funcionaron. Fue muy frustrante para los dos, y para mi ver la desesperanza en mi esposo me preocupaba. Otra opción fue un implante bloqueador de dolor que un neurocirujano puede implantar dentro del área cervical para controlar el dolor. El seguro lo negó y no quiso aprobar este procedimiento. Así que volvimos a empezar desde cero. Esta vez fuimos referidos a doctores de otra área. Estos doctores nos guiaron de manera diferente ya que nos dieron más información. Concluyeron el neurocirujano y la cirujana plástica; que la mejor opción era ver a un cirujano ortopedista con conocimiento en plexo braquial y nervios.
Yo estaba muy animada, pero, nos fue negada la visita a ese doctor. Yo siempre estoy dispuesta a abogar y no quedarme quieta con tal de que se ayude a mi esposo, entonces, llame constantemente al seguro médico y tuve seguimiento sin parar, fueron meses de conversaciones y buscar soluciones para ser aprobados a ver ese doctor. Teniendo en cuenta que mi esposo cada día que pasa y sigue pasando vive con dolor intenso, cansado y desesperanzado.