COVID-19 y Poblaciones Desfavorecidas

researchLa vasta propagación del COVID-19 causó el mayor daño en las áreas y poblaciones desfavorecidas. El virus con frecuencia mortal afectó a numerosas personas cuando se declaró la pandemia global de COVID-19. Al inicio de la pandemia, las áreas urbanas fueron el punto de partida de exigencias de confinamientos y aislamiento social. Sin embargo, mientras el mundo se cerraba, el COVID-19 se siguió propagando y finalmente llegó a áreas rurales.

Comunidades en riesgo

El surgimiento del COVID-19 fue fundamental para las comunidades médicas y de salud pública. Las dos comunidades analizaron la propagación de la enfermedad y quiénes corrían mayor riesgo de infección. Aunque ambos campos reconocieron que todos debíamos tomar las medidas adecuadas para prevenir o reducir los efectos del COVID-19, también descubrieron que algunos grupos eran más atacados que otros. Lo que el COVID-19 hizo fue reforzar las desigualdades en el acceso a la atención de la salud.

Las comunidades en riesgo, como las personas de edad avanzada, inmunosuprimidas, negras, indígenas y personas de color (BIPOC), así como quienes tienen discapacidades, corrían mayor riesgo de contraer COVID-19 y de desarrollar síntomas severos. Por lo tanto, a fin de comprender el impacto de la pandemia sobre la población, los profesionales médicos y de salud pública examinaron las influencias ambientales o de salud.

Discapacidad

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) publicaron un estudio que analiza el COVID-19 y la comunidad con discapacidades. El documento indicó que la mayoría de quienes tienen discapacidades no corren un riesgo mayor de contraer COVID-19 o de presentar una enfermedad severa por él. Sin embargo, el estudio sí advierte es posible que las personas con discapacidades corran mayor riesgo de infectarse o de presentar síntomas severos si:

  • Tienen problemas de salud subyacentes
  • Viven en un ambiente comunitario o concentrado
  • Hay desigualdades sociales o de salud sistemáticas

Las personas con movilidad limitada que tienen capacidad de comunicación limitada o están en estrecho contacto con familiares, proveedores de cuidados o de otros servicios también corren mayor riesgo de contraer COVID-19.

Barrios céntricos

Existen varios motivos por los que los habitantes de barrios céntricos se ven más afectados que otras personas.

  • Uno de ellos depende del lugar donde vive una persona. El diseño estructural de los barrios céntricos aumenta el riesgo para la infección y la transmisión. Además, es posible que las viviendas asequibles no cuenten con la ventilación o el aire acondicionado necesario para reducir la transmisión. El aire estancado no permite que el virus se filtre para removerlo del hogar.
  • Una pieza del rompecabezas es la vivienda asequible, pero también lo es el acceso a servicios específicos. Por ejemplo, los barrios céntricos suelen estar plagados de desiertos alimentarios. Los supermercados son escasos e intentar viajar hasta ellos es difícil. Por lo tanto, las tiendas de esquina pequeñas y los restaurantes de comida rápida son fuentes de alimentos más accesibles; además, el costo de las frutas y verduras, en comparación con los alimentos procesados, afecta los patrones de compras. Esos patrones de compras determinan qué alimentos se consumen y su efecto sobre la salud general de las personas.
  • Otro motivo del mayor riesgo en los barrios céntricos es el transporte público. Cuando una persona toma un autobús, tren o subterráneo, tiene pocas posibilidades de distanciamiento social. Así, el COVID-19 puede transmitirse de una persona expuesta a otra que no lo estuvo.
  • Finalmente, la educación marca una diferencia. Los líderes locales son socios esenciales para informar a sus comunidades y hacerles comprender el alcance completo de la prevención, los síntomas y los servicios de atención de la salud del COVID-19.

 

Áreas rurales

A medida que la pandemia continuó y se prestó atención al aumento de los índices de mortalidad en las áreas rurales, los investigadores encontraron que estaban muriendo más personas en las áreas rurales que en áreas urbanas. El artículo Disparidades en la cobertura de vacunación contra COVID-19 entre condados urbanos y rurales — Estados Unidos, 14 de diciembre de 2020 a 31 de enero de 2022 de los CDC refuerza estos datos, pero también examina por qué hay una diferencia significativa en los índices de mortalidad.

Las comunidades rurales comprenden millones de personas diversas. El impacto del COVID-19 sobre las áreas urbanas ayudó a los funcionarios de salud pública y a la comunidad médica a descubrir maneras de reducir el riesgo para quienes viven en ciudades. Sin embargo, se prestó poca atención a los efectos del COVID-19 sobre las áreas rurales. El documento Impactos de la pandemia de COVID-19 sobre EE. UU. rural aborda por qué las poblaciones rurales son las más vulnerables. Los investigadores descubrieron que el impacto del COVID-19 sobre las áreas rurales incluye un impacto severo o negativo sobre el empleo, la salud mental o el bienestar económico.

Los CDC descubrieron que el porcentaje de vacunación para COVID-19 con la primera dosis fue menor en las áreas rurales que en las áreas urbanas. La disparidad en los porcentajes de vacunación se ha duplicado desde abril de 2021. La tendencia de cifras de vacunación inferiores en las áreas rurales también se reflejó en los porcentajes de vacunación con segunda dosis o refuerzo.

Otros factores que afectan el índice y la severidad del COVID-19 en las áreas rurales son

  • El acceso a la atención de la salud es una dificultad. Las personas en las áreas rurales informan que la falta de acceso a proveedores médicos y hospitales aumenta su riesgo de problemas de salud.
  • La ideología política y la creencia de la severidad o la necesidad de poner en vigencia protecciones contra el COVID-19 varían en las áreas rurales.
  • La vacilación sobre las vacunas es mayor en las áreas rurales que en las áreas urbanas.

 

Edad

Las personas de edad avanzada representan un grupo específico con alto riesgo de desarrollar y tener síntomas severos, o bien fatales, de COVID-19. Además, muchas personas mayores tienen problemas de salud preexistentes que pueden empeorar los efectos del COVID-19 inducidos por el virus. Por lo tanto, los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) recomiendan la detección temprana y la atención médica individualizada con base en los antecedentes de salud y de medicamentos.

Raza u origen étnico

El COVID-19 ha afectado más a minorías étnicas y raciales que a las personas blancas. A medida que el COVID-19 sigue amenazando la salud de la nación, los índices de infección y mortalidad han disminuido entre las personas de color (BIPOC, por sus siglas en inglés), pero sigue habiendo disparidades.

  • Los CDC encontraron que hay más hospitalizaciones entre los indígenas no hispánicos o los nativos de Alaska debido al COVID-19 que entre personas blancas no hispánicas. Además, los índices de hospitalización entre personas negras no hispánicas o afroamericanas duplican los de las personas blancas no hispánicas. Los CDC mencionan algunos factores posibles para los síntomas severos de COVID-19.
  • Los problemas de salud pueden intensificar los síntomas de COVID-19, en especial entre las personas con mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 (poblaciones de negros, hispánicos, indígenas o asiáticos).
  • El tipo de trabajo que hace una persona marca una diferencia. Las personas que no pueden trabajar de forma remota o evitar la interacción con el público corren mayor riesgo de exposición al COVID-19. Los empleos de sectores de servicio y los empleos médicos son ejemplos de trabajos que requieren que una persona vaya a trabajar e interactúe con el público.
  • El racismo les cobra un precio mental y físico a las personas. Además, el estrés de hacer frente a la discriminación puede debilitar el sistema inmunológico y causar envejecimiento prematuro.

 

Nivel socioeconómico

Las personas que ya estaban en niveles socioeconómicos inferiores sintieron el impacto económico del COVID-19. Cuando se produjeron los cierres, también se presentaron dificultades financieras porque muchas personas que estaban en los sectores de servicio u otros sectores centrados en el público perdieron su empleo. En EE. UU. la mayoría de las personas recibe su seguro de salud a través de su lugar de trabajo. Por lo tanto, la pérdida del empleo equivale a la pérdida del seguro y del acceso a servicios de atención de la salud.

La Oficina del Censo estudió recientemente de qué manera las familias diferentes con diversos niveles socioeconómicos hacen frente a la pandemia. El estudio encontró que las familias de bajos ingresos son afectadas de manera desproporcionada y luchan por derechos económicos y sociales.

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El esfuerzo por abordar las disparidades

La presencia incesante del COVID-19 y sus variantes impulsó a los investigadores a buscar maneras de abordar las disparidades y las desigualdades para las personas de poblaciones o áreas desfavorecidas. Como resultado, los NIH formaron los programas de Aceleración rápida de diagnósticos (RADx). Los RADx tienen por objeto acelerar el desarrollo, la validación y la comercialización de kits de pruebas en el hogar y de vanguardia para COVID-19. Se espera que los investigadores puedan reducir las disparidades al comprender los factores que afectan a las poblaciones o las áreas desfavorecidas.

Comprender los factores que afectan los índices de riesgo requiere comprender a las comunidades objetivo. Las comunidades de minorías raciales y étnicas pueden dudar en ser vacunadas o en seguir las directrices de salud pública con base en sus experiencias anteriores con las comunidades médicas y de investigación. Es vital incluir a la comunidad en el esfuerzo por reducir o prevenir infecciones con COVID-19.

Los profesionales médicos y de salud pública están examinando enfoques con base en la comunidad. Esos enfoques son esenciales en todas las áreas o poblaciones desfavorecidas afectadas de manera desproporcionada por el COVID-19. A través de colaboraciones entre sistemas escolares, departamentos de salud pública y otras organizaciones privadas o públicas, las personas pueden involucrarse en la salud de su comunidad. Pueden hacer preguntas o determinar la forma en que el mensaje y el suministro de servicios se concreten. Comprometer a la comunidad implica escucharla y respetarla.

Los investigadores, los funcionarios de salud pública, los profesionales médicos y los líderes de la comunidad siguen abordando las disparidades en los servicios de atención de la salud por COVID-19. A medida que la conversación y los programas sigan creciendo e incluyendo a los más afectados por el COVID-19, existe la posibilidad de generar igual acceso a la atención de la salud.

Recursos

Disparities in COVID-19 Vaccination Coverage Between Urban and Rural Counties — United States, December 14, 2020–January 31, 2022. Centers for Disease Control and Prevention. MMWR 4 de marzo de 2022 / 71(9);335–340.

https://www.cdc.gov/mmwr/volumes/71/wr/mm7109a2.ht...

Impacts of the COVID-19 Pandemic on Rural America

https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2019378118

Christina Sisti, DPS, MPH, MS es bioeticista y defensora de políticas de atención médica. Trabaja para generar consciencia y mejorar la política de atención médica para quienes sufren problemas de salud a largo plazo.

About the Author - Reeve Staff

This blog was written by the Reeve Foundation for educational purposes. For more information please reach out to information@christopherreeve.org

Reeve Staff

Esta publicación contó con el apoyo de la Administración para la Vida Comunitaria (ACL), el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) de EE. UU. como parte de un subsidio de asistencia económica por un total de $160.000, en un 100 % financiado por ACL/HHS. El contenido pertenece a los autores y no necesariamente representa los puntos de vista oficiales de ACL/HHS o del gobierno de EE. UU. ni su aval.