Nuestros sueños no se realizaron en el parque de diver - Reeve Foundation
Esta fue nuestra experiencia en un parque de diversiones después de la lesión medular de mi esposo. No cabe duda de que los parques de diversiones son muy emocionantes y divertidos. Antes del accidente solíamos ir y subirnos a los juegos mecánicos. Después del accidente de mi esposo, las cosas cambiaron.
A finales del 2009, un año después de la lesión de mi esposo; nos regalaron unos boletos para asistir al parque de Disneyland. Estábamos muy emocionados ya que era la primera vez después del accidente que teníamos una salida de ese tipo. Al llegar al lugar todo era accesible, estacionamientos, elevadores, y los carros que te transportan al parque tienen acceso para silla de ruedas.
Cuando entramos oficialmente al parque, yo estaba super emocionada; es un lugar que me gusta mucho. Empezamos a recorrer. Buscábamos en el mapa buscábamos los lugares accesibles y también preguntábamos al personal. Para ser honesta no estaban preparados; no tenían idea a donde mandarnos.
Entiendo que el caso de mi esposo es muy particular, ya que sin asistencia él no se puede transferir a un juego mecánico, por su lesión y por la lesión del brazo izquierdo que está paralizado. Este parque tiene una regla; sus trabajadores no pueden asistir en transferencias.
Las opciones se nos acababan, no teníamos a donde ir en el parque en donde mi esposo se pudiera subir a un juego mecánico. Encontramos dos, ambos sencillos de solo paseo, nada de lo que nosotros nos imaginamos que volveríamos a experimentar.
El día siguió pasando, recorrimos el parque sin éxito de más juegos mecánicos accesibles. La última opción fue uno donde nos prestaban una silla manual para poder entrar al juego mecánico. Nos trajeron la silla, y para mi sorpresa; no se podía remover el descansabrazo. Para mí fue imposible transferir a mi esposo sin asistencia. Mi esposo desilusionado y triste me dijo: vámonos, no se va a poder. Los trabajadores solo se quedaron en silencio.
Salimos del parque; ambos tristes, desilusionados y con mucha frustración. La experiencia fue muy difícil para nosotros, era un recordatorio de las muchas limitaciones que se tiene con una lesión medular. Pensé en toda la gente que como nosotros se van desilusionados del parque de diversiones; especialmente los niños que tienen lesión medular o parálisis. Es triste pensar en ellos tan pequeños y no poder disfrutar esa experiencia.
Al día siguiente llame al parque y les dije lo que nos había pasado, que el parque tiene muy pocos juegos mecánicos accesibles, son limitados y eso es duro para adultos y niños. Solo me dijeron: sentimos mucho que haya pasado esa mala experiencia. Eso fue todo.
Este año regresamos ya que nuevamente nos regalaron unos boletos. Esta vez tuvimos mejor experiencia, el parque está cambiando su accesibilidad, desafortunadamente todavía hay barreras. Uno de los juegos mecánicos que nos dijeron que sería fácil la transferencia, no lo fue, lo intentamos y me fue imposible. Mi esposo me dijo que yo me paseara, lo hice, pero no disfrute, me sentí muy triste, sentía que no era justo. Pero fuimos a otro y exitosamente lo pude transferir; la silla manual, la tabla de transferencia y mis ganas de que mi esposo disfrutara un juego mecánico lograron que mi esposo pasara un momento divertido; yo disfruté aún más el ver que lo hizo.
Ojalá este tipo de parques tan famosos sigan trabajando en una mejor accesibilidad para poder incluir mucho más a adultos y niños. Ellos también tienen todo el derecho de divertirse y sentir adrenalina como cualquier otra persona que no tiene lesión medular.
Tanya Galaviz es la esposa de Hobal, quien vive con una lesión de la médula espinal a nivel de T6 y es su cuidadora principal. Ella reside en California y es la fundadora de un grupo de apoyo para cuidadores latino