El VRS (virus respiratorio sincitial) es un virus que ataca al sistema respiratorio. Se lo suele considerar un virus del otoño/invierno, pero ha convertido en un problema durante todo el año. Se lo puede confundir con un resfriado, gripe, COVID, u otra enfermedad respiratoria. Se propaga por microgotas respiratorias de una persona que tose o estornuda, al tocar una superficie con el virus y después tocarse la nariz, los ojos, la boca, o al besar a una persona infectada.
Es un virus muy frecuente que suele aparecer con los mismos síntomas que un resfriado menor; la mayoría de las personas han tenido VRS sin siquiera saber que lo tuvieron ya que los síntomas pueden ser leves y el cuerpo se recupera solo en una o dos semanas. Sin embargo, para los niños pequeños, las personas de edad avanzada o quienes tienen problemas respiratorios como asma, EPOC, problemas cardíacos o diagnósticos neurológicos, la enfermedad por el VRS puede evolucionar rápidamente y convertirse en bronquitis, neumonía o incluso llevar a la muerte.
El VRS se puede propagar con rapidez ser más complicado en personas con problemas neurológicos, como parálisis. Eso se debe a que es posible que los músculos no funcionen con la fuerza necesaria para mantener despejadas las vías aéreas. Al no poder respirar con profundidad, toser con fuerza o controlar las secreciones, se le da tiempo al virus para que ingrese con profundidad en las células pulmonares y se multiplique. Los problemas con el sistema nervioso autónomo (SNA), como las lesiones cerebrales, los accidentes cerebrovasculares, las lesiones de la médula espinal u otras enfermedades neurológicas pueden no dar tiempo para montar una respuesta rápida para combatir el virus.