Infección con COVID-19 entre los niños
Un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) en diciembre de 2020 determinaba que los casos de COVID-19 entre niños de 0 a 17 años eran menos que los informados para adultos. El informe señalaba que desde marzo de 2020, el número de casos entre niños ha aumentado. Sin embargo, el índice de incidentes real se desconocía por la falta de pruebas generalizadas y la priorización de pruebas para personas con enfermedades graves y adultos. Los índices de hospitalización de niños con COVID-19 también eran menores que los de adultos.
A medida que la pandemia sigue afectando al mundo, los investigadores han invertido más tiempo en rastrear el índice de infecciones y los efectos del COVID-19 entre los niños. Los informes más recientes muestran que es posible que los niños tengan cantidades similares a los adultos del virus en el cuerpo en la nasofaringe (el pasaje de la garganta donde el aire se desplaza de la nariz a los pulmones).
Es posible que las medidas tomadas al inicio de la pandemia sean causa directa del menor porcentaje de casos pediátricos de COVID-19. Además, los investigadores y los médicos creen que las medidas de cuarentena y de distancia social combinadas con los cierres de las escuelas en los primeros tiempos de la pandemia pueden ser una parte de los porcentajes menores de transmisión de COVID-19 entre los niños.
Síntomas de COVID-19 en los niños
Los niños tienen un período de incubación de COVID-19 de 2 a 14 días, similar a los adultos. Algunos de los signos de COVID-19 en los niños son:
Un niño con COVID-19 puede tener varios de los síntomas enumerados, problemas en las vías respiratorias superiores, o ser asintomático. Los CDC informan que los síntomas más frecuentes son tos y fiebre. No obstante, sus hallazgos también revelaron que casi el 50 % de los niños con COVID-19 podría ser asintomático.
Severidad del COVID-19 en los niños
Los investigadores encontraron que los niños infectados con COVID-19 tienen menor riesgo de desarrollar una enfermedad severa en comparación con los adultos. De todos modos, los niños igual corren riesgo de presentar complicaciones e infección severa como resultado del COVID-19. Los estudios también señalan el aumento de hospitalizaciones entre los niños con COVID-19, incluso que uno de cada tres niños es admitido en la unidad de cuidados intensivos. Además, de acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), los niños menores de dos años de edad o en comunidades desfavorecidas corrían más riesgo de ser hospitalizados por síntomas de COVID-19.
Es posible que los niños de menos de un año de edad o con afecciones subyacentes corran mayor riesgo de presentar síntomas severos de COVID-19. Lamentablemente, se cuenta con poca información sobre qué afecciones médicas subyacentes aumentan el riesgo de que los niños desarrollen enfermedades severas. Sin embargo, los CDC encontraron que los niños con enfermedades genéticas, neurológicas, metabólicas o cardíacas congénitas son potencialmente más susceptibles a presentar síntomas severos de COVID-19. Un informe de los NIH confirmó los hallazgos de los CDC. Además, indicó que las muertes asociadas con el COVID-19 en personas menores de 21 años eran más en las poblaciones desfavorecidas y entre personas con afecciones médicas subyacentes.
Un problema para diagnosticar el COVID-19 entre los niños es que sus síntomas pueden ser los mismos que los de otras enfermedades. Por ejemplo, los signos de influenza y de otras infecciones respiratorias se superponen con los del COVID-19.
Efectos secundarios del COVID-19 en los niños
Hiperinflamación
Los investigadores siguen intentando comprender algunos de los efectos secundarios del COVID-19 en los niños. Uno es un síndrome inflamatorio multisistémico de hiperinflamación. Los investigadores encontraron que se asemeja a
La enfermedad de Kawasaki causa inflamación de las paredes de los vasos sanguíneos. Con frecuencia se produce circulación de células sanguíneas inflamadas en las arterias coronarias. Otros síntomas de la enfermedad de Kawasaki incluyen la inflamación de glándulas y membranas mucosas dentro de la nariz, la boca, la garganta y los ojos. Otro efecto secundario inflamatorio, el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico, se conecta temporalmente con el COVID-19 pediátrico.
Un problema que enfrentan los padres cuando se ven frente a la posibilidad de que su hijo o hija tenga síndrome inflamatorio multisistémico es cómo deben proceder. El síndrome inflamatorio multisistémico tiene una apariencia muy similar a los síntomas virales frecuentes en los niños. Por lo tanto, resulta difícil saber si un niño tiene síntomas típicos de COVID-19 o tiene síndrome inflamatorio multisistémico. No obstante, si un niño también tiene conjuntivitis, erupción cutánea, extremidades hinchadas, labios agrietados, lengua u ojos rojos, es posible que tenga un síndrome inflamatorio multisistémico. Lamentablemente, los síntomas como dolor de cabeza, somnolencia extrema, desorientación o confusión complican el diagnóstico.
Un síndrome inflamatorio multisistémico conectado con COVID-19 es relativamente nuevo. La novedad de la enfermedad crea un problema de estándares de tratamiento. Los investigadores del Centro Infantil Johns Hopkins saben que los niños diagnosticados con síndrome inflamatorio multisistémico casi siempre tienen COVID-19 pediátrico. Algunos niños con COVID-19 eran asintomáticos pero desarrollaron enfermedad inflamatoria multisistémica algunas semanas después. Si no se lo trata, el niño se enfrenta a una enfermedad severa.
COVID-19 prolongado
Los niños que no están vacunados contra COVID-19 tienen mayor riesgo de contraer COVID-19. La Academia Estadounidense de Pediatría sigue rastreando el índice de COVID-19 en los niños. Aunque los índices más altos informados del a variante Ómicron se presentaron en el invierno de 2022, el número de casos en junio de 2022 es mayor que el de junio de 2021.
Las personas con diagnóstico de COVID-19 corren riesgo de desarrollar COVID-19 prolongado u otros síntomas. Para que se diagnostique COVID prolongado, los síntomas deben durar al menos dos meses y no obedecer a otras causas o enfermedades. De todos modos, hasta hace poco había poca investigación sobre COVID prolongado pediátrico. Un estudio en Dinamarca evaluó el riesgo de COVID prolongado entre los niños (0-14).
Los investigadores compararon niños con diagnóstico de COVID-19 con niños sin diagnosticar. Un gran porcentaje, aproximadamente uno de cada tres, de los niños diagnosticados presentaba síntomas que duraban más de dos meses. Algunos ejemplos de síntomas de COVID prolongado en los niños son los siguientes:
Edades de 0 a 3 años
Edades de 4 a 11 años
Edades de 12 a 14 años
Vacunas contra COVID-19 para niños
Los CDC recomiendan la vacunación contra COVID-19 para niños de seis meses en adelante. Los niños de cinco años de edad o mayores deben recibir un refuerzo si son elegibles. La vacuna contra COVID-19 puede evitar que un niño contraiga COVID-19 o se lo transmita a otras personas. Además, la vacuna puede disminuir la severidad de los síntomas en caso de que un niño contraiga COVID-19.